Mucho ha cambiado la restauración granadina desde finales de los noventa, cuando yo estudiaba Derecho en la capital. Es verdad que nuestras salidas en aquella época no eran de restaurantes, más bien en bares de tapeo en zonas como la Plaza de Toros, la Chana o el Zaidín....en aquella época los bolsillos ajustados de los estudiantes no se podían permitir otra cosa. Ahora el panorama ha cambiado y a los numerosos gastrobares que hay en la ciudad podemos sumarle otro tipo de establecimientos como este nuevo Carmen en la Carretera de la Sierra, nº13 de Granada.
Un Carmen que engloba varios conceptos de negocio, desde bar, restaurante u organización de grandes eventos, como bodas o comuniones.
Hace unas semanas, un día de mucho frío, muchísimo, fuimos invitadas varias bloggers granadinas para conocer el nueve Carmen. Lo primero que sorprende al entrar a la parte de arriba, donde tienen ubicado el bar, es la decoración tan exquisita, tan acogedora, que hasta del frío te olvidas entonces.
El bar es, como ya he dicho, muy acogedor. Ideal para tomar unos vinos, unas cervezas o acabar tomando café en una sobremesa con amigos. Desde luego que, con el frío que hace en invierno en Granada, aquí estás como en casa. Pero nosotras no nos íbamos a quedar en el bar, sino que teníamos reservado mesa en el Restaurante para probar los principales platos de la carta.
Y ya llega la hora de presentaros al artífice de este proyecto. Juan Andrés Morilla, al que conocí este verano en nuestra visita al Restaurante El Claustro, sito en el Hotel AC Santa Paula en la Gran Vía Colón de Granada. Juan Andrés: "andaluz en su máxima expresión, claro exponente de que el ayer es un ingrediente básico para cocinar el mañana" (esa es su carta de presentación en su web). Si en El Claustro nos enseña una propuesta más arriesgada, en el Carmen de Isabela nos propone una carta con platos de siempre, porque la alta cocina no está reñida con la cocina tradicional, y porque el precio de estos platos es asequible a todos los bolsillos, por eso mi opinión es que la propuesta de Juan Andrés, con su restaurante, ha sido más que acertada y le auguro un futuro con muchos éxitos.
Todo éso nos intenta transmitir en este proyecto tan personal, donde él mismo ha sido el encargado de la decoración integral del restaurante, buscando esa esencia que quiere transmitir a través de su local y a través de su cocina, claro homenaje a su abuela Isabel, la que despertó en él el amor por los fogones y a la que le dedica este proyecto.
Y seguiríamos con un tartar de atún rojo con mahonesa de wasabi.
O de setas...todas muy cremosas y riquísimas. Un sueño para los más croqueteros.
Antes de pasar a los postres venia un plato estrella, el cochifrito asado con patatas a la importancia.
O este soberbio pastel de chocolate con nueces, sopa tibia de chocolate y cremoso de café.
Capítulo aparte merece también la carta de vinos, bastante completa y donde los vinos granadinos toman especial importancia. Todo este menú fue maridado con vinos de la Bodega Vilaplana, y también tuvo hueco la Bodega Muñana con su Delirio Rosado.
En definitiva una comida que no falla, con vinos que gustan mucho, en unos preciosos salones donde poder disfrutar y compartir lo mejor de nuestra gastronomía de la mano de un genio de los fogones como es Juan Andrés Morilla, ante el que hay que descubrirse.
Por todo esto lo recomiendo y os invito a que lo visitéis, tanto el bar, como el restaurante, o si tenéis eventos importantes que lo incluyáis dentro de vuestras posibles opciones para dichas celebraciones.
Feliz lunes.
Lidia.
