Esta pobre tarta no iba a pasar la criba para ser publicada, como véis sufrió algún que otro perjuicio al ser desmoldada, pero he decidido ponerla porque merece la pena enseñaros la receta. Se trata de una tarta muy fresquita para el verano y con un suave sabor a limón, siendo su textura muy parecida a la de las mousse. Hace unas semanas en el Taller Artesano de Pan que asistí con las Pipirrana, Ceci, de Harina la Carmita (el nombre del blog tiene su historia, je,je), llevó una crema de limón que nos encantó a todos. El fin de la semana de la kedada, Jose Manuel y Rocío, de Las recetas de Triana, comieron en casa y les preparé dicha crema. Rocío me comentó que ella la tenía publicada en forma de tarta, con gelatina. Así que fusionando las dos recetas y haciéndole algún que otro cambio, he conseguido esta tarta.
Pensé hacerle una base de galletas y cubrirla con una capa de gelatina de limón por encima, aunque por falta de tiempo la hice así, y no me arrepiento porque resulta mucho más ligera, aunque no descarto hacerlo para otra ocasión. Eso si, os recomiendo que la hagáis en un molde con menos recovecos, ya que a mi, por hacerlo en un molde bundt cake de silicona, se me ha estropeado un poco la presentación.
INGREDIENTES:
- 500 gr. de nata para montar
- 1 lata pequeña de leche condensada
- Una medida de zumo de limón de la lata vacía de leche condensada (3 o 4 limones exprimidos)
- 8 hojas de gelatina neutra (16 gr.)
- Medio vaso de leche
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos es poner a hidratar en agua fría las hojas de gelatina. Cuando se hayan hidratado pondremos en el medio vaso de leche (se calienta un poco en el microondas) y disolveremos. Reservamos hasta que la leche se enfríe.
Mientras, montaremos la nata con la ayuda de unas varillas eléctricas, teniendo en cuenta que la nata tiene que estar muy fría, así como el bol y las varillas donde se va a montar. Añadimos a la nata ya montada, mezclando con movimientos envolventes, la leche condensada. Después añadimos el zumo de limón y seguimos mezclando con movimientos envolventes. Y, por último, añadimos la leche que teníamos reservada, con la gelatina ya disuelta. Mezclamos todo. Ponemos la mezcla en el molde elegido. A este tipo de preparaciones le viene muy bien los moldes de silicona, yo creo que son para lo único que casi dan resultado, ya que para los bizcochos, bajo mi punto de vista, no dan muy buen resultado. Si no tenemos ningún molde de silicona podemos usar cualquier otro, engrasándolo para que no se pegue o usando spray desmoldante. Metemos en el frigorífico la mezcla, y dejamos hasta que cuaje, mejor de un día para otro.
Cuando haya cuajado sacamos del frigorífico y desmoldamos con mucho cuidado, y lo ponemos en una fuente de servir.
Este postre es una muy buena alternativa a los helados, y no resulta para nada pesado, por lo que se convierte en un final de comida muy ligero y refrescante. Es cien por cien recomendable para este fin de semana caluroso.
Espero que paséis un buen fin de semana y que el lunes podamos celebrar juntos la victoria de España en la Eurocopa frente a los italianos.
Lidia.